En qué quedó la moda feminista

28 Feb

Esta nota fue publicada en Marie Claire España, a nombre de otra persona.

Después de las pancartas de Chanel y las sudaderas de Dior, ¿cuál es el mensaje por la igualdad?

  • Los mensajes feministas de Chanel
  • Los mensajes feministas de Dior

La moda como fenómeno, primero, después como industria, ha logrado grandes cambios a partir de ciertas prendas que han repercutido en lo social, en especial en consonancia con el feminismo. La lucha por la igualdad, la cual ha tenido gran relevancia en el último siglo, ha sido también una lucha desde algún sector de la moda.

Es cierto que se puede observar una determinada dicotomía, por un lado una industria que ha ayudado a la perpetración de los estereotipos y con un marcado poder patriarcal; pero por otro, con grandes logros en sus mensajes y con ciertos hitos que han ayudado a la liberación de la mujer.

Hay en la historia determinados momentos que marcaron al feminismo a través de la ropa. Puede parecer insignificante una prenda por sí misma, pero es cierto que muchas han logrado cambiar el mundo y, en especial, a la mujer respecto a su lugar en el mundo. Desde la aparición de la bikini, la minifalda, el uso de pantalones por parte de mujeres (algo inédito hasta mediados del siglo XX), hasta la liberación del uso del sujetador, gran hito en la revolución feminista.

Además de estos hechos, han sido en los desfiles de las firmas más influyentes del mundo fashion en donde se han instalado ciertos mensajes feministas en pleno siglo XXI, cuando una nueva revolución ha emergido para cambiarlo todo.

En 2017, Dior ha sido pionera en instalar en un desfile claros mensajes feministas. El título del ensayo de la activista Chimamanda Ngozi Adichie, “Todos deberíamos ser feministas”, se ha vuelto masivo gracias a que la directora creativa de Dior, Maria Grazia Chiuri, primera mujer al frente de la firma, ha presentado en su desfile una camiseta con ese mensaje que se viralizó. No ha sido el único mensaje, en la colección de primavera-verano 2018 también ha lanzado otras camisetas donde, por ejemplo, cuestionaba el papel de la mujer en el arte.

También Chanel ha hecho un desfile, emulando una manifestación, en el que las modelos llevaban pancartas con mensajes feministas. Otra firma que ha lanzado mensajes a favor del feminismo ha sido la holandesa Viktor&Rolf, en la colección de alta costura primavera-verano 2019 donde los vestidos más extravagantes llevaban escritas breves frases, pero contundentes: NO, I am my own muse, I want a better world.

Más allá de los mensajes, que bien pueden ser funcionales al marketing, la moda le debe mucho al feminismo. De hecho, no es concreto que exista una moda feminista, sí un sector -conformado por diseñadoras, fotógrafos o modelos- con ideas concordantes al movimiento. Se podría decir que la moda sin género, que se ha popularizado durante la última década, es uno de los últimos fenómenos fashion que ha favorecido y mucho a la igualdad. De todos modos, aún queda mucho por hacer.

De Botticelli a Zara, Venus renace

10 Ago

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Hay cuadros que producen fascinación a través de los tiempos. Dos de Botticelli, en especial, Nacimiento de Venus y La primavera, me generan ese estadío de atracción irresistible. Hay una belleza absoluta que hipnotiza.

Mientras algunas obras despiertan gran interés por el artista que las creó, por la historia que tienen o su valor (o precio), otras por la magia que irradian. Y las menos, por todas estas cualidades juntas. Durante siglos, el arte buscó reflejar lo bello del mundo. A comienzos del siglo XX, y en pleno auge de la industria de la moda, la belleza se corrió de lugar. Despreciada por el arte (que expandió sus límites para acaparar lo feo, lo vulgar, lo abstracto, lo conceptual, etc.) empezó a ser primordial en el mundo del diseño de modas.

En la pintura Nacimiento de Venus, Venus –que según la mitología clásica nació de la espuma marina- está colocada arriba de una concha de mar; dos dioses del viento –Céfiro y Aura- soplan para llevarla a la orilla y una de las Horas –diosas de las estaciones- está a su lado, con una túnica en mano para arroparla. La pose de Venus, entre etérea, femenina, con ese cabello largo que llega a cubrir sus genitales, es atrayente de por sí, así como el vestido maravilloso de una las Horas y la túnica que lleva en sus manos. El cielo celeste al fondo (un poco más acá, oscureciendo), el mar verde claro detrás, las flores como flotando alrededor de Venus… todo es preciosismo puro.

Realizado por Sandro Botticelli en 1485, este cuadro no pierde vigencia. De belleza inusitada, tiene un poder de acaparar toda la atención. Uno se pierde frente a semejante obra. La naturaleza imperante, los cuerpos de dioses y diosas majestuosos, así como esos pocos ropajes que inducen a repetir el mantra “lo quiero”.

Venus se ha convertido, en 2020, en “la cara” de la moda. Así como la Mona Lisa supo ser protagonista de remeras de Zara, también de otras firmas, de moda y decoración, ahora es el turno de la diosa que tan bien representó Botticelli. Zara,  Mango, Pull & Bear y Urban Outfitters tomaron su rostro para imprimirlo en remeras, una de las prendas más democráticas y populares de la industria fashion.

Con la única premisa de vender, estas firmas se suman a la tendencia de ofrecer arte al universo moda. Acá no tanto por el diseño, sino por lo simbólico de llevar en tu remera a la protagonista de una obra clásica. Con acento marketinero, Venus es la diosa que querremos ser, con esa imagen atemporal y siempre cool.

Fuente: Vogue.es

El cuerpo que habito

27 Mar

En referencia a este texto de Gabriela Wiener, El cuerpo es una historia de amor que también acaba (publicado en Vice), me puse a escribir acerca de un tema que hace un tiempito vengo procesando: la percepción de los cuerpos. Desde comentarios que he escuchado, y sigo escuchando de otras personas (en su mayoría mujeres) con respecto a sus anatomías, hasta procesos mentales propios que hacen que la relación positiva con el espejo resulte complicada. Tenemos un cuerpo que nos pertenece, pero no lo queremos tal cual es; siempre hay alguna parte que “mejorar”.

Es así, vamos por la vida odiándolo; o, con suerte, recriminándolo. Desde los ochenta, más o menos, del siglo pasado, e intensificándose la tendencia aún más en este, el cuerpo pasó a tener un valor como símbolo de juventud y belleza. Como señala Gilles Lipovetsky en su texto “Dueñas del cuerpo”, perteneciente a La tercera mujer (1999), “cuanto menos homogénea resulta la moda, más se convierte el cuerpo esbelto y de carnes firmes en una norma consensual. Paradójicamente, el auge del individualismo femenino  y la intensificación de las presiones sociales relativas a las normas corporales corren parejas”.

Quien tiene un cuerpo bello –delgado-, y sobre todo joven, puede ser feliz; este es uno de los mensajes más potentes que se ha propagado a través de los medios de comunicación. Afirma Lipovetsky, “con toda seguridad, las mujeres son mucho más ´tiranizadas´ que los hombres, se implican en mucho mayor medida que ellos en el ideal del cuerpo desprovisto de grasa. No por ello es menos cierto que en nuestra sociedad también ellos quieren adelgazar, controlan su peso y su alimentación, practican ejercicio para guardar la línea y mantenerse en forma”.

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Moda y felicidad en época de pandemia

24 Mar

 

Si hay algo que la moda me genera es felicidad. Así de simple, superfluo y hasta inútil. No obstante, la fuente de felicidad para cada quien es diferente, aunque la sensación de plenitud se comparta. Ver nuevas prendas, zapatos, carteras, qué colores se van a usar en unos meses, qué tendencias van a pisar fuerte el próximo invierno o verano, suele llenarme de una energía que se transmite con facilidad de manera online. Ya ni hablo de recorrer tiendas. Aunque claro, hoy salir a mirar vidrieras se ha convertido en un “sueño” a hacer en cuanto volvamos a la “normalidad”. Aunque, seguramente, con solo salir a la vereda, ya la sensación de libertad va a aflorar.

 

Relato cómo la moda online, a través de las revistas especializadas, cuentas de Instagram de marcas, de influencers que muestran su look diario, entre otras formas de contar moda, se ha adentrado en millones de casas para mostrar un signo de época: estaré encerrada/o en mi casa 24×7, pero me voy a levantar y voy a elegir qué ponerme igual; me voy a mostrar al mundo de la mejor forma posible. Porque verse bien es un modo de ser feliz sin más. Basta con recorrer algunas cuentas de Instagram para constatar esto: me visto para mí, pero se lo muestro a los demás.

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Revolución feminista, en la moda también

10 Mar

Infobae

A dos días del 8m, y a uno del paro internacional de mujeres, ya he leído numerosos artículos en referencias a la cuarta ola feminista, o marea verde, comentando de qué va la lucha. La desigualdad de género es el principal argumento que mueve estas masivas manifestaciones. Así como la lucha contra la violencia machista -los femicidios ocurridos en Argentina en lo que va del año, llevan más mujeres muertas que días de calendario- ese virus que hay que desterrar de nuestros cuerpos, nuestras casas, nuestras calles.

En fin, el feminismo se ha asentado en las calles hace unos pocos años con una fuerza imparable, y ha generado -y genera- unos debates terribles, confundiendo -aún hoy- la lucha contra el patriarcado, la desigualdad de género, la violencia hacia la mujer, como una guerra entre mujeres y hombres. Falta mucha educación todavía. Y las tareas realizadas por los feminismos es inmensa. Aún así, no alcanza. Es que el machismo está perpetrado en la cultura de la que formamos parte, y erradicarlo va a llevar años. Y en esto estamos…

Entre los artículos que leí, me interesaron estos dos, que tienen vínculo con la moda: uno de Vogue y otro de SModa. Ambos establecen una relación entre el hacer de la mujer y la moda, desde la acción tradicional de tejer, así como el entramado de la seda, uno de los materiales más fuertes y difícil de romper -en clara analogía a la mujer-.